Salir del Clóset

Algo que nos une a todos los humanos es nuestra necesidad de salir del clóset.

Algunas personas salen del clóset de la preferencia sexual o del género asignado. Otros de las creencias tradicionalistas de su familia o de su cultura. Otros de los roles impuestos por las fuerzas sistémicas y otros más, de las restricciones, barreras o paredes de lo que se supone que deben de hacer para ejercer su profesión.

La tragedia humana por excelencia tiene que ver con el tiempo y el sufrimiento por el que pasamos para poder salir, pero yo creo que la tragedia más grande de todas es cuando ni siquiera nos damos cuenta que estamos viviendo en un clóset y que salir de él es una opción real. 

El nivel de sofoque con el que vivimos mientras estamos dentro del clóset es diferente para cada quien -hay clósets mas grandes y cómodos que otros-, pero el sentimiento de que podemos vivir otra vida es bastante similar y todos tenemos la necesidad no solo de salir del clóset sino de definir lo que vendrá después.

Para todos los que trabajamos en generar salud -profesionales, empresas, educadores- salir del clóset representa salir de las restricciones no solo sociales y profesionales, sino de las restricciones cognitivas y temáticas en las que nuestra disciplina nos metió.

Por ejemplo, el clóset de un médico tiene que ver con las restricciones de no involucrarse en cosas personales o emocionales de sus pacientes, o de no mostrarse ignorante en algunos temas, o de no poder meterse a guiar temas de nutrición. Para un nutriólogo, es la misma historia, porque tampoco tiene permitido hablar de cosas médicas para "las que no ha estudiado". Ni se diga de los coaches, que, aunque tienen una pasión enorme por ayudar y empoderar, la falta de un título del mismo prestigio, los pone debajo en la jerarquía y viven como gente que ayuda pero que nunca podrá hacerlo como lo hacen los que se desvelaron por años para ganarse su bata blanca. Y eso que ellos tuvieron ya que salirse del clóset de su antigua profesión porque muchos de ell@s son maestr@s, mercadotecnistas o hasta diseñadores que se atrevieron a cambiar. 

Pero es muy fácil culpar a los que nos meten y mantienen dentro del clóset como si fueran personas intolerantes, cerradas, sexistas o "convencionales". La realidad es más compleja. Porque el clóset se crea no solo por prejuicios e inercias sociales, sino porque todo el sistema se ha construido de cierta manera y porque ese mismo sistema ha formado cognitivamente lo que es posible y deseable en una disciplina o sociedad y lo que no lo es.

Me explico. Si vas a salir del clóset, pero tienes miedo a tus papás, no es que tus papás sean cerrados e intolerantes nada más, sino que todo su sistema y su visión de la realidad tiene un punto ciego que no pueden entenderlo desde otra perspectiva. Su paradigma -los lentes con los que ven la vida-, ni siquiera conciben que puede haber personas con otras preferencias, visiones o planes de vida.  

Es por eso que no hay médicos malos y médicos buenos. Solo hay diferencias en cuanto a sus formaciones y lo que sus sistemas, entornos y colegas los han expuesto a lo largo de su vida.

Además de estos temas sistémicos, está nuestro sistema educativo y académico que hemos desarrollado en los últimos 200 años. Desde la revolución industrial, lo que hemos hecho es dividir a las disciplinas en nichos cada vez mas específicos poniendo líneas arbitrarias entre lo que es parte de una disciplina y lo que no lo es. Hay una línea que divide la Física de la Química de la Biología. Y aun líneas más notorias -y tal vez mas arbitrarias,- que dividen la Economía, la Historia, la Psicología y la Sociología. En medicina ha sucedido igual con las especialidades:  cardiología, nefrología, endocrinología. A menudo con la idea de que cada especialista no puede meterse en la disciplina del otro.

Salir del clóset, entonces, no es pelear contra ese sistema, pero sí construir un nuevo sistema donde se respetan y celebran las especialidades, pero se entiende que cada disciplina esta intrínsecamente interconectada y forma parte de un todo indisociable.  Como dice Edgar Morin, “el todo es más que la suma de las partes”, es decir, no basta con conocer las partes y agregarlas, sino que las partes entre ellas producen condiciones emergentes que hacen que el sistema en su totalidad sea aun más complejo que la complejidad de cada componente por separado. 

Salir del clóset pasa por ser un activista y abordar temas de justicia social, pasa por sanar las heridas del pasado, pasa por formar nuevas comunidades de gente que piensa y actúa de la misma manera, pero la forma mas completa de salir del clóset es darnos cuenta que el clóset lo construimos nosotros aún si por años nos hemos sentido atrapados por él.  Salir del clóset, entonces, es caer en cuenta que los clósets son construcciones simbólicas, narrativas y hasta científicas, y que no basta salir de ellos, sino que debemos de construir nuevos mundos con menos clósets o clósets menos opresivos o simplemente limitantes. 

Por eso hoy vemos cada vez más Chefs que además de cocinar y manejar cocinas, hablan de nutrición y de lifestyle, así como de sustentabilidad; Vemos médicos que se quitan la bata blanca y te atienden en un parque o te hablan de sus emociones; vemos empresas que se atreven a decir que sus productos no te cambiarán la vida por sí solos, sino que solo te pueden ayudar y que los debes de complementar con auto-conocimiento y trabajo personal. 

Esta comprensión integral de la realidad -este pensamiento sistémico e interdisciplinario-, es una nueva forma de ver la vida y por lo tanto de recobrar nuestro poder de crear la vida personal, la vida académica, la vida profesional o empresarial. 

Yo salí del clóset cuando les dije a mis papás que no compartía las mismas creencias religiosas que ellos; Salí del clóset cuando hice una tesis en mi universidad que criticaba a mi propia disciplina;  Salí del clóset cuando transformé mi propia imagen de empresario de la salud y me convertí en un preguntón de la salud, que además decidió trabajar desde casa; Salí del clóset cuando me atreví a que mi título de economista no limite los temas de los que podía opinar y escribir; Y sigo saliendo del clóset cuando escribo estas palabras porque quiero gritar que mucha gente vive en varios clósets profesionales y todos tenemos que ayudarnos, no para luchar, sino para co-crear el futuro. 

Salgo del clóset cuando nos recuerdo que el camino es largo e incierto, pero tengo la certeza de que nadie se arrepiente de haber salido del clóset. Y de ayudar a otros a salir también. 

El 5 de octubre está por empezar otra generación más del Curso de Pensamiento Complejo, Crítico, Multidisciplinario y Sistémico en Salud. Este espacio no sólo nos ayuda a reconocer las paredes que nos han mantenido dentro del clóset de nuestra disciplina o de nuestra profesión, no solo nos conecta con otras personas que han o que están viviendo nuevas posibilidades, sino que nos da un lenguaje común para construir los nuevos paradigmas. No para criticar los modelos actuales, no para seguirnos quejando de cómo están las cosas, sino para construir nuevos modelos que obsoleticen los viejos. 

¿Cuales son los clósets en los que vives dentro de tu trabajo o profesión? ¿Cuales son las convenciones sociales, académicas y profesionales que mantienen las puertas del clóset así? ¿Cómo se empieza a ver un nuevo sistema para generar salud y bienestar? ¿Cómo quieres co-crearlo? 

El cambio no viene de arriba hacia abajo, viene de abajo hacia arriba. O más aún, viene de adentro hacia afuera. Cambiar el mundo, crear al mundo, integrarlo, depende de los cambios internos que los individuos y las pequeñas colectividades puedan hacer. 

El proceso nunca termina. Además, es incómodo y duele. Pero siempre tienes la convicción -cosa que no es menor-, de que al menos ya no estás viviendo dentro del clóset. Y esa es la mayor energía creadora que yo he conocido hasta ahora. 

Victor SaadiaComment