El Viaje del Héroe: Los Pacientes y Profesionales de la Salud_
Piensa en tus 3 películas o libros favoritos. ¿Qué elementos narrativos tienen en común?
¿La transformación del personaje principal después de enfrentarse a situaciones desconocidas y amenazantes? ¿El encuentro con un maestro, guía o filosofía que lo hace replantearse su identidad? ¿Varios actos de valentía y saltos a lo desconocido? ¿Una batalla o confrontación contra dragones externos o internos? ¿El regreso a casa con una personalidad renovada?
Es muy probable que hayas respondido SI a varias o a todas las preguntas. Esto no es causalidad. La esencia de las historias que resuenan con nosotros siguen un patrón predeterminado que se le ha denominado “El Viaje del Héroe”.
El Viaje del Héroe, o monomito, es un término acuñado por el antropólogo Joseph Campbell para definir el modelo básico de muchos relatos épicos, mitológicos o artísticos de las civilizaciones a lo largo y ancho de la historia de la humanidad. Desde las narraciones bíblicas, los cuentos de creación de las civilizaciones, y los mitos de cada cultura, hasta el arquetipo básico de casi todas las películas de Hollywood: de Star Wars a Matrix, de Toy Story a Harry Potter.
El hecho de que estas películas o historias (y me refiero a todas las películas en general) resuenan con nosotros y “nos cambian la vida”, es porque estas narraciones -que aunque parecen fantásticas y ficticias-, realmente son un reflejo de las historias de aquellos que estamos de este lado de la pantalla. Los personajes y las historias de estas películas nos susurran al oído: “Este es tu momento para hacer eso que siempre has querido hacer”.
El Viaje del Héroe no es simplemente una metáfora de como funciona la vida, es una descripción. Y como tal, todos nosotros hemos pasado por varios Viajes del Héroe a lo largo de nuestras vidas. Cada crisis, cada caída, cada pérdida, cada enfermedad, han sido momentos para replantear la historia que nos contamos de nosotros mismos. Y, después de aprendizajes y batallas que exigieron estirarnos a lugares que antes pensábamos imposibles, logramos re-inventarnos y darnos cuenta que siempre hemos tenido ese potencial dentro de nosotros. Más aún, una vez que hemos pasado estas batallas y aprendizajes, ahora podemos regresar con nuestra comunidad y empoderar a nuestros semejantes en sus propios viajes personales, profesionales, espirituales o de salud.
Por que la Salud también es un Viaje del Héroe. Para los pacientes, así como para los Profesionales de la Salud.
El Viaje del Héroe de los Pacientes
Todos somos y hemos sido pacientes de diferentes enfermedades. Algunas enfermedades, como las agudas, usualmente no requieren un Viaje del Héroe para poder sanar porque generalmente pueden resolverse con medicamentos, cirugías o tratamientos de corta duración.
Por otro lado, las enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, el asma, la depresión, la hipertensión, la artritis, el cáncer y muchas otras, son enfermedades multicausales que están muy entremezcladas con la identidad y la forma de percibirnos a nosotros mismos. Estas enfermedades pueden durar toda la vida. Y por eso, la manera de interpretar o describir la enfermedad y el grado de sentirnos empoderados para integrarla en nuestra vida, son muy determinantes en el tipo de vida que podemos tener, no “a pesar de”, sino “gracias a”, la enfermad que nos tocó.
Si eres profesional de la salud: ¿Cuántos beneficios podrían obtener tus pacientes si les haces ver que su enfermedad es un Viaje del Héroe que pueden vivir en la historia épica de sus vidas?
Viaje del Héroe: Pacientes
1. La vida antes del problema de salud: Es el mundo del paciente antes de su diagnóstico, tratamiento, accidente, afección médica o búsqueda de una vida más saludable. El paciente no se da cuenta de pequeños cambios o transiciones que se están gestando. O, aunque está consciente de que ciertos comportamientos actuales no son los más saludables, las consecuencias no se presentarán sino mucho más adelante en su vida por lo que no hay urgencia de ponerles atención.
2. Llamada para restaurar la salud: Sucede cuando algo despierta la necesidad del paciente y se da cuenta de que tiene que resolver el problema y que le espera una búsqueda difícil hacia una mejor salud emocional y física. Esto puede suceder después de un diagnóstico o de la muerte de algún ser querido.
3. Rechazo de buscar ayuda médica: El miedo, las dudas sobre sí mismo o la ansiedad impiden que acepte la realidad del problema o que se comprometa con su recuperación o cambio. El paciente sigue en una etapa de negación o de negociación para no tener que hacerse cargo de su salud.
4. Encuentro con el profesional de la salud: El médico o cualquier otro profesional de la salud pueden desempañar el papel de “sabio anciano” que animan y ayudan al paciente en el inicio de su viaje. El problema es que muchas veces el paciente no está seguro cual es el “sabio anciano” al que debe seguir y muchas veces empieza siguiendo al que le propone una solución fácil, rápida y barata, y no aquel que lo acompañará en el escabroso reto de transformación que tiene por delante.
5. Compromiso con el diagnóstico: El paciente acepta su condición y se da cuenta que tiene mucho que hacer para recobrar su salud. Hace el primer compromiso consigo mismo y con su entorno para voluntariamente comenzar su viaje hacia el bienestar.
6. Tratamiento: El “nuevo” mundo presenta obstáculos y desafíos, y pone a prueba la fuerza, la valentía y la consistencia del paciente. El paciente hace aliados en su camino hacia la recuperación (familiares, amigos, otros pacientes, y profesionales de la salud) que ofrecen su apoyo y orientación.
7. Aproximación a la prueba más grande: El paciente se enfrenta a contratiempos en el tratamiento o plan de acción, que, muchas veces requiere cambios profundos en su personalidad y sus hábitos. El paciente titubea, duda y busca salidas rápidas porque aún no está listo para la gran prueba que se avecina.
8. La prueba más importante: El paciente se enfrenta a la muerte o se enfrenta al mayor miedo que ha estado tratando de evitar todo el tiempo. Las herramientas de su yo “anterior” ya no sirven y tiene que hacerse de nuevas que requieren de una valentía descomunal que no esta seguro de poder mostrar. La prueba más grande es precisamente la necesidad de dejar de ser la persona que era anteriormente para convertirse en alguien nuevo e incierto. De este enfrentamiento contra fuerzas exteriores e interiores surge un renacimiento y el paciente logra vencer los lastres y limitantes que lo tenían enfermo.
9. Recompensa: El paciente celebra el éxito de su viaje, pero la amenaza no se ha eliminado por completo.
10 y 11. El camino de regreso y resurrección: El paciente emprende el camino de regreso a una nueva normalidad y enfrenta las últimas amenazas o las nuevas condiciones que tendrá de ahora en adelante con esta nueva personalidad. Muchas veces el paciente se enfrenta a una prueba final antes de volver a una nueva normalidad. (Por ejemplo, un paciente diabético puede enfrentar la tentación y el estilo de vida anterior; un paciente de rinoplastia podría enfrentarse a sus demonios internos (autoestima, confianza); un paciente con cáncer puede enfrentar los desafíos de permanecer en remisión). Sin embargo, estos retos se integran con mayor consciencia y responsabilidad, y hay una renovada confianza en si mismo y en la vida. La enfermedad se re-interpreta pero no deja de ser parte de la continuación del viaje.
12. Nueva normalidad: El paciente regresa a su vida cotidiana con un recordatorio físico y mental de su viaje y tiene una nueva historia que contarse y que contar al mundo. El paciente comparte su nueva confianza, mentalidad saludable y sabiduría con sus semejantes. Su transformación se ha completado y está listo para nuevas aventuras.
Profesionales de la Salud
No solo como pacientes sino como profesionistas, los médicos, psicólogos y nutriólogos, también han vivido y están viviendo sus propios Viajes del Héroe. Muchas veces estos viajes también tienen que ver cuando ellos mismos han tenido problemas con la enfermedad y han tenido que encontrar su propio camino para redefinirse a la luz de ella. Y, una vez que regresan a la “normalidad”, ahora tienen el reto de aplicar sus aprendizajes al trabajo clínico que ahora realizarán con sus pacientes.
Pero, independientemente de que un Profesional de la Salud (PS) haya tenido un episodio con una enfermedad propia, muchos de ellos se enfrentan al Viaje del Héroe porque están muy decepcionados de los resultados clínicos de sus pacientes crónicos. En otras palabras, el PS esta insatisfecho con su trabajo porque no ha tenido las herramientas para ayudar a sus pacientes de manera efectiva y duradera. Esto los hace confrontarse con su propia identidad, así como contra las expectativas que la cultura y la costumbre le han impuesto por años.
Así, en un mundo donde los paradigmas que dictan la “manera correcta” de ejercer su profesión y de generar salud están cambiando, los PS se encuentran en varias encrucijadas donde se contrapone su formación académica y el canon de su profesión, con la necesidad de ayudar realmente a sus pacientes a prosperar y no solo a lidiar con la enfermedad.
De la misma forma que con el Viaje del Héroe de los pacientes, los PS también tienen crisis que pueden ser descritos a la luz del monomito. Al hacerlo, el PS puede re-definir, no solo el rol que la enfermedad tendrá en su vida, sino el rol de “sabio anciano” que puede llegar a tener con sus pacientes. Pero para llegar a ser “sabio”, el PS tiene primero que pasar por su propia historia de transformación.
Viaje del Héroe: Profesionales de la Salud
1. Educación y práctica clínica normal: Es el mundo donde el PS estudia y se prepara académicamente para formarse como profesionista. Este periodo también abarca los primeros años de su práctica clínica (aunque a veces estos primeros años pueden ser muchos). El PS establece relaciones con sus pacientes de largo plazo aunque en muchos casos los pacientes siempre regresan con complicaciones derivadas de los mismos problemas subyacentes.
2. Llamada para ampliar la caja de herramientas: El PS intuye que con su conocimiento actual y su manera de ejercer su profesión se está quedando corto en la generación de salud. Por mucho tiempo se ha visto a si mismo como alguien que esta ahí para cuando el paciente trae problemas, pero no se dedica a empoderarlos para evitar que esos problemas sucedan en primer lugar. El PS desearía poder ayudar más a sus pacientes, pero se da cuenta que no está preparado y que su profesión no le ha dado herramientas para ello.
3. Rechazo de buscar ayuda: El miedo, las dudas sobre sí mismo y la inercia de tantos años de trabajo impiden que acepte la realidad del problema o se quede en un círculo vicioso culpando la forma en la que su profesión le fue enseñada o culpando a sus pacientes por no adherirse a sus consejos.
4. Encuentro con el “sabio anciano”: Usualmente un colega que tuvo una preparación académica similar a la del PS pero que continuó estudiando y aprendiendo de otras partes no convencionales funge como el “sabio anciano” para mostrar que otro camino es posible. Este camino, sin embargo, es un camino que cada PS debe de encontrar por sí mismo y no existen pruebas a-priori de que sus esfuerzos le van a rendir frutos. El rol del “sabio anciano” también puede recaer en un conferencista, autor o hasta en un instituto que enseña la profesión desde una perspectiva muy diferente a la convencional. Esta nueva posibilidad resuena intensamente con lo que el PS está buscando y se emociona con las posibilidades que se avecinan.
5. Compromiso: El PS acepta sus limitaciones y hace el primer compromiso para voluntariamente comenzar su viaje de transformación. Muchas veces esto implica estirar su agenda aún más para no perder lo que ya tiene y al mismo tiempo prepararse y capacitarse de manera intensiva en los nuevos programas y certificaciones.
6. Aprendizaje multivariado: El “nuevo” mundo presenta obstáculos y desafíos, y pone a prueba la fuerza, la valentía y la consistencia del PS porque sigue atendiendo pacientes, pero al mismo tiempo se está preparando para re-inventar su práctica clínica. El PS se topa constantemente con pared porque todo lo nuevo que está aprendiendo contradice mucho de su preparación en cuando a las definiciones de “salud” “bienestar” y lo que se puede esperar de un profesional que atiende pacientes crónicos. El PS hace aliados con colegas y amigos que están en búsquedas similares y se siente en “casa” con colegas que también están cuestionando los paradigmas del pasado y se están atreviendo a crear nuevos.
7. Aproximación a la prueba más importante: El PS se enfrenta a contratiempos de muchos tipos, entre ellos la crítica y burla constante de excompañeros, colegas y hasta de sus padres que no entienden porque se está saliendo del camino convencional. Además, el aprendizaje que el PS esta ganando, le está exigiendo cambios profundos en su personalidad, en sus hábitos y en la forma de relacionarse con los demás. Aún no sabe como calibrar tiempos, no sabe como cobrar por nuevos servicios, no sabe con quien puede aliarse. El PS titubea, duda, busca salidas rápidas y soluciones mágicas porque aún no está listo para la gran prueba que se avecina.
8. La prueba más grande: El PS se enfrenta a su mayor miedo que ha estado evitando: Tiene que anunciar al mundo que su forma de trabajar es diferente a las expectativas que siempre le fueron impuestas en el marco de su profesión. Las herramientas de su yo “anterior” ya no sirven y tiene que usar nuevas herramientas que nunca ha utilizado y que requieren de una valentía descomunal de la cual duda si puede llegar a tener. De este enfrentamiento surge un renacimiento y el PS logra legitimarse a si mismo y a empezar a practicar de una manera que resuena mucho más con su nueva identidad y con su ideal de lo que un PS debe de llegar a ser.
9. Recompensa: El PS celebra el éxito de su viaje, pero la amenaza no se ha eliminado por completo. Hay muchos aprendizajes que tiene que seguir generando, muchos modelos económicos que tiene que resolver y tiene que tener paciencia con sus pacientes para ver los resultados.
10 y 11. El camino de regreso y resurrección: El PS emprende el camino para establecer esta nueva forma de trabajar y a establecerlo como una nueva realidad. Muchas veces el PS se enfrenta a una prueba final antes de volver a una nueva normalidad. (Por ejemplo, tiene que renunciar a su puesto de trabajo y emprender una consulta propia, o tiene que reducir sus ingresos por un tiempo porque el nuevo modelo aún no esta consolidado) Sin embargo, estos retos se integran con mayor consciencia y responsabilidad y hay una renovada confianza en si mismo y en la vida. La práctica profesional se re-interpreta y esto lo llena de esperanza.
12. Nueva normalidad: El PS logra una nueva estabilidad cotidiana con un recordatorio físico y mental de su viaje, y comparte su nueva confianza, mentalidad y sabiduría con sus pacientes y con sus colegas. Su transformación se ha completado y esta listo para nuevas aventuras.
La única cosa que nos diferencia de ser víctimas a ser héroes, es la historia que nos decidimos contar. Todo viaje de transformación (y por lo tanto de Salud) inicia con un sueño que a todas luces parece ficticio, pero una vez pasados los obstáculos se vuelven realidad.
Sea quien sea tu héroe, Michael Jordan, John Lennon, Marie Curie, Buda, Mark Hyman, tu mamá o Patch Adams, ellos son tus héroes por la valentía y determinación con la vivieron su vida. Decirle a un paciente que es un Héroe en potencia es tal vez el mayor regalo que como PS le podemos dar. Y, como PS, creernos que somos héroes es la mejor forma de cambiar nuestro paradigma de enfermedad a un paradigma de salud, al mismo tiempo que encontramos lo que Joseph Campbell llama BLISS.
“If you follow your bliss, you put yourself on a kind of track that has been there all the while, waiting for you, and the life that you ought to be living is the one you are living. Wherever you are — if you are following your bliss, you are enjoying that refreshment, that life within you, all the time.” — Joseph Campbell.
¿Cuál es tu siguiente paso en tu Viaje del Héroe?